55.800 personas de este colectivo han conseguido empleo este año, un 1,4% menos que en 2011. Su tasa de empleo está 40 puntos por debajo del resto de la población.
Y la tasa de empleo de este colectivo no ha caído más gracias a los contratos
realizados por los denominados Centros Especiales de Empleo, promovidos por
asociaciones, fundaciones y entidades vinculadas al movimiento asociativo de
personas con discapacidad.
Del total de contratos realizados en el año que
acaba, 38.872 los realizaron estos centros, una cifra que además ha crecido un
2,6% respecto a 2011. En España hay 1.900 Centros Especiales de Empleo. Todos
tienen al menos un 70% de la plantilla con alguna discapacidad y en ellos
trabajan 64.000 personas de este colectivo.
“Si no fuera por el trabajo generado en los centros especiales, que funcionan como un colchón de seguridad para este colectivo, la creación de empleo de estas personas habría caído un 9,2% este año”, afirma Sabina Lobato, directora de Empleo, Formación y Proyectos de la Fundación ONCE.
El número de individuos en edad
laboral que, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), cuentan
con un certificado de discapacidad, es de 1, 2 millones. De ellas, 461.600 están laboralmente activas
(es decir, bien trabajan o bien están buscando empleo de forma activa) y el
76,7% de las mismas (337.300), están ocupadas. La tasa de actividad de este
grupo de población es del 36,6%, más de cuarenta puntos por debajo de la de las
personas sin discapacidad (que es del 76,4%). Respecto al tipo de trabajo que
realizan en este colectivo, el 89% son asalariados, la mayoría con contrato
indefinido.
Integración e independencia
Un total de 49 empresas se han acogido ya al Programa Inserta de la Fundación
ONCE. En el último año se han unido, por ejemplo, el Grupo Pelayo, Accenture,
Alentis, Orizonia, el Grupo DIA, Acciona y el Grupo Leche Pascual. El cálculo es
que estos acuerdos supondrán la creación de 1.390 puestos de trabajo. Para las
personas con discapacidad, el empleo es fundamental para su integración social,
además de para su acceso a una vida independiente. Precisamente la formación de
este colectivo para mejorar sus condiciones de empleabilidad es otro de los
aspectos en los que está centrado el programa Inserta. A sus cursos de formación
han accedido ya 21.000 personas desde 2009, y en el año que ahora concluye los
han hecho 4.300 personas discapacitadas.
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